Mi desafío en la lactancia

Ya he escrito en otras ocasiones sobre la lactancia materna, los que me siguen, saben que es un tema que desde el respeto a las posiciones e ideas que puedan tener otras madres, yo defiendo. Para mi la lactancia no solo es el acto de dar alimento a un hijo, aunque este sea su fin principal, la lactancia materna también es amor, cercanía, compromiso, dedicación y también representa un desafío, hoy hablaré sobre el desafío de la lactancia.

Yo no tuve un comienzo idílico con la lactancia, es mas, mientras estaba embarazada, escuchaba a mis amigas defender la lactancia materna, otras hacer comentarios relacionados a los mitos en la lactancia materna, unas de mis amigas hasta donan leche, otras en cambio nunca pudieron amamantar.  Este es el panorama habitual para una madre, sea primeriza o no, solo que si no es su primer bebé podrá sumar y evaluar su propia experiencia, lo que deriva en una gran ventaja. Si eres primeriza, el grupo presiona y puede que termines no eligiendo bien.

© Oksana Kuzmina - Fotolia.com


Cuando mi peque nació, la matrona inmediatamente lo colocó sobre mi pecho, lo cual hizo que dejara de llorar, levantó la cabeza, me miró y hacia un ruidito como "uuuu", a mi me enternecía pero la doctora dijo que no era de risa, que debía llorar, la matrona trató de que se enganchara al pecho, pero el como la mami, él también estaba muy agotado, salir al mundo real fue un proceso de 22 horas, total que terminó en la incubadora, le daban el bibe cada tres horas o menos, cuando lloraba. Hasta el día siguiente no me lo entregaron. Todo un día de bibe y glucosa.

Una vez el bebé en la habitación logré darle el pecho, con la ayuda de una enfermera maravillosa, que acudía paciente y diligente cada vez que la llamaba, me explicó el enganche, que debía estar tranquila, que mejor los familiares fuera mientras nos conocíamos el y yo.

Pero no fue así, llegaron las visitas, unas se instalaron todo el día, llegaron pronto, se fueron a comer y regresaron para marcharse muy tarde, otras llegaron muy tarde, y mi esposo  tuvo que invitarlos a salir, las visitas molestas se adueñaron del niño, yo tenia una sonda, una episiotomía, no podía moverme, y mi esposo consideraba correcto que el bebé estuviese de brazos en brazos, pues esto, mal.  A nuestro próximo bebé no lo voy a soltar, lo tendré pegado a mi pecho todo el tiempo que sea necesario, porque mi pequeño príncipe, se debilitó, gracias a que las visitas aunque ya hayan tenido hijos, se adueñan de los recién nacidos porque son bellos, son tiernos, lo que sea, pero no son juguetes, haciendo esto, están interviniendo en un momento mas que necesario de estrechamiento del vínculo mamá-bebé.

A los cuatro días de estar en casa, me diagnosticaron hipertensión arterial, el embarazo y la preeclampsia, habían abierto la caja de Pandora, mi cuerpo no se estabilizaba, quedaría hipertensa, el médico de urgencias me dijo que debía dejar que amamantar para poderme medicar, rompí en llanto, no lo podía creer, mi bebé tenia seis días de vida, seis días luchando por engancharse al pecho y de repente había que darle un biberón. No sé cuando tiempo lloré, las enfermeras me consolaban, tuve suerte, en el puerperio no te dan el trato de embarazada, te envían a los boxes de triaje y eres una más, al menos dejan que pase el marido con el niño para que le des de mamar.  Entendieron mi situación, llamaron al nefrólogo, al pediatra, y me recetaron algo que podía tomar sin interrumpir la lactancia.  Mi felicidad solo se puede comparar con el momento en que me dijeron en el nido, "te puedes llevar a tu hijo", lo tenia claro, mi bebé sería amantado.

Para mi la lactancia fue un desafío, porque hizo que hiciera valer mis derechos como madre a amamantar, y de mi hijo de poder ser amamantado, me sobrepuse a los comentarios de familiares, amigos, conocidos y desconocidos, aún 16 meses después, sigo recibiéndolos, ahora porque mi peque es grande, pero ninguno de los que se sorprenden de que el peque es amamantado se sorprende de como bebé y mamá lucharon para establecer la lactancia, de como superaron los pechos agrietados, el cansancio, las noches en vela, la alimentación a demanda durante tres meses cada hora, y luego cada dos horas y media durante seis meses mas.

El otro día una enfermera en el hospital me felicitaba por la lactancia y me decía "aquí las mujeres no aguantan tanto", "eres toda una campeona". No lo soy, solo soy persistente en lo que creo que es lo mejor para mi bebé, mi príncipe se ha enfermado, pero muy poco, y lo que le ha dado se le ha pasado muy pronto, estoy convencida que no ha sido gracias a la Aepiretal ni al Dalcy, estoy segura que han sido los anticuerpos que le he pasado por la leche materna.

Seguiré dando el pecho hasta que el bebé pida el destete, sé que llegará, casi todos lo hacen de forma natural, si no llega lo evaluaré, en la naturaleza las otras madres también destetan a sus crías cuando consideran oportuno, pero sólo sé que a menos que sea voluntario, ese destete no llegará antes de los dos años.

Mientras tanto, seguiremos transitando este camino, lleno de imprevistos y desafíos que es la lactancia.

La vero donna

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