Los pies del bebé, ¿descalzos o con zapatos?

Nuestro bebé nos causa ternura, tan pequeño, tan tierno, sus manitos y piececitos son tan delicados, que llegado el momento de querer moverse, dudamos, ¿que hacemos, lo dejamos caminar descalzo o can zapatos?



Mi experiencia con mi peque es que lo mejor es dejarlos descalzos todo lo que se pueda, evidentemente los dejaremos descalzos en superficies limpias, lo mismo que hacemos cuando quieren gatear,  y en lugares que la lógica y el instinto nos indiquen: "adelante, aquí es seguro".

Pero, ¿por qué es una buena decisión dejarles estar, gatear y caminar descalzos?, porque los pies de los bebés aparte de tiernos y encantadores, son mas sensibles que las manos, con lo pies pueden tocar, sentir, descubrir.  Un niño que siente el mundo que está a su alrededor, recibe mucha información, que lo invita a investigar y descubrir, hace que se sienta parte del medio que lo rodea. Cuando son mas pequeñitos tienden a llevarse los pies a la boca, esto les permite conocerse mejor, ser conscientes de su cuerpo, con zapatos esto no ocurriría. Cuando son mayores, pueden tocar y sentir al explorar superficies y cosas, y cuando ya gatean y caminan, estar descalzos además, les permite tener un mejor agarre al suelo, mantener el equilibrio, y desplazarse mejor.


© Igor Link - Fotolia.com
Como en todas las cosas de esta vida, hay opiniones, una vez una señora me dijo que ella a sus hijos les ponía zapatos porque andar descalzo ensanchaba y deformaba el pie. Esto no es cierto, debemos calzar correctamente a nuestro peques, cuando ya andan  y estamos en un sitio que no conocemos, o simplemente en la calle, para protegerle los pies de lesiones, infecciones, y del frío,  pero en sitios que sabemos que están limpios y no se pueden lesionar podemos dejarlos descalzos.

En invierno mejor con calcetines

Si tenéis la casa a una temperatura ideal para bebés podéis dejarlos en calcetines, por aquello del frío, y si el bebé ya gatea o camina, lo mejor es recurrir a calcetines antirresbalantes, no le pongáis zapatos, porque se los van a quitar, también los calcetines si sienten que no tienen estabilidad, por eso si veís que el bebé resbala con los calcetines mejor retirarlos, y dejarlo totalmente descalzo.

Hay personas que dicen que sus hijos deben ir calzados siempre porque sin los zapatos se caen, pues esto puede que ocurra si la base del zapato es ancho, pero no es natural, lo normal es que el niño aprenda a estabilizarse descalzo, nacemos desnudos, no evolucionamos con zapatos.

El mercado, suele ofrecer zapatos para bebés que gatean, en este caso mi recomendación es decantarse por los que tienen suelas blanditas, muy flexibles, de modo que ellos puedan sentir texturas, puedan mover el pie, es decir, que tengan prácticamente la sensación de estar descalzos.

Desafortunadamente la mayoría de las marcas que venden zapatos para bebés en etapa de gateo nos ofrecen modelos con suelas poco o nada flexibles, tratas de doblar el zapato y no puedes, imagínate al bebé si podrá, te ofrecen modelos con refuerzo en la punta y el talón para evitar que se golpeen, esto último creo que está bien si vais a un sitio que no conozcáis, pero tratar de elegir uno con suela flexible.  En casa, lo mejor es estar sin zapatos.

¿Y en verano que hacemos?

Pues el verano es la mejor época para disfrutar de los peques con los pies al aire libre, no tenemos que preocuparnos de los constipados ni de poner calcetines, tal vez de noche si estamos en un sitio que refresque, pero en esta época del año aprovechad todo lo que podáis.

Nuestro hijo por ejemplo, nació en junio, así que desde que nació ha podido estar mucho tiempo descalzo, o con calcetines en el invierno.  Nos ocupamos de que los calcetines lleven antirresbalante, al menos los que use mientras esté en casa.  A los diez meses comenzó a gatear, como ya se ponía de pie solito y trataba de andar, le compramos unos zapatitos que tenían la suela muy delgadita, mas que todo porque aún hacía frío, y cuando estábamos en la calle quería ponerse de pie.

Cuando cumplió 12 meses fuimos a la playa, pasamos varios días de vacaciones, lo que le facilitó caminar en el terreno irregular que aporta la arena, aún iba cogido de la mano, pero ya casi cuando nos veníamos, se ponía de pie solo manteniendo el equilibrio y daba pasitos en la arena, regresamos a Madrid y dos días después comenzó a caminar con soltura, parecía un experto.


Los terrenos irregulares, ayudan a fortalecer su musculatura, también podéis probar en el césped del parque, o a que caminen sobre el colchón de vuestra cama, veréis que bien se desarrollan esas piernas y el campeón que será tu bebé cuando comience a caminar.

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