Nos vamos, ¿aún no estas lista?

Nos vamos, ¿aún no estas lista?... ¿Cuántas veces se habrá repetido esa frase a lo largo de la vida de la humanidad, millones de mujeres hemos sido "invitadas" a darnos prisa, por necesidad o por mala fama, y es que no conozco a ningún hombre que diga que las mujeres no nos tardamos en arreglarnos.

www.laveradonna.es
lulu

El día de mi boda el cura fue tajante, si no estaba puntual a la hora de la misa, no nos casaba, pues #challengeAcepted, ese sábado a las 13:00 horas ni un minuto mas ni un minuto menos comenzaba a cantar la soprano con la orquesta de cámara porque yo estaba cruzando la puerta de la iglesia, ante la mirada atónita de los presentes y las prisas de los que estaban tomandose una cañita en el bar porque no podían creer que la novia ya estaba entrando, y del mismo cura que tuvo que llegar con prisas al altar. ¡Una novia puntual! Fin de mundo, algo está pasando.

¿Por qué os cuento esto?, porque las mujeres tenemos mala fama, desde el cura borde que te dice que no te casa porque otras ya sentaron precedente de impuntualidad, o de los hermanos, novios, maridos, primos, que siempre llegan dos horas tarde porque "te estaban dando tiempo para arreglarte".

Y es que la fama de tardonas, es un estigma que llevamos todas las mujeres y que empeora cuando eres madre, porque cuando eres madre, no es que seas impuntual porque quieres, no es que no estés lista porque eres muy lenta, no es que ames ser misteriosa ni tengas afán de protagonismo, es "que no tienes tiempo".

Hace unos días mi esposo me dijo, voy a llegar a las seis y nos vamos, ten a los niños listos, cuando digo listos es que estés arreglada y salgamos de una vez, no es que me vas a decir espera que no me he maquillado, espera que me cambio rápido, espera que ...

En ese momento, hice ejercicios de respiración, un poco de meditación trascendental y forcé una sonrisa que parecía mas bien que fuese a llorar, porque si, porque escojo mis batallas y pelear esta, seria una batalla perdida.

Cuando no tenia hijos, mi esposo decía vamos y salíamos casi de inmediato, ¿por qué? porque siempre estaba decente, arregladita, bien vestida, con buena cara y hasta peinada. Me levantaba, me duchaba, me vestía, me peinaba, me maquillaba, me perfumaba, desayunaba y salia, a tiempo, siempre a tiempo, siempre llegando puntual, pero había una gran diferencia, "no teníamos hijos".

Y sí, es verdad que mi esposo hace su 50% siempre, y sí, es verdad que asume parte de mi 50% cuando puede o cuando yo no puedo mas, y sí, es verdad que aún teniendo un solo hijo siempre llegábamos temprano a cualquier evento o reunión porque era mas fácil planificarse, y lo lográbamos porque salíamos de casa con una hora de antelación y estábamos listos desde hacia dos mas, si el niño se ensuciaba así se quedaba, el pañal se cambiaba en el destino, lo subíamos la coche después de una larga tetada, por lo que casi siempre iba tranquilo, porque a nosotros nos funcionaba ese método, pero, la realidad es que cuando tienes mas de un hijo, el método no funciona y la puntualidad se va al mismísimo carajo.

Puede que planees levantarte temprano, bañarte con ellos para ahorrar tiempo, que mientras tu bañas a uno tu esposo vista al otro, y luego se intercambien, que cada uno le dé de comer al otro, y vosotros desayunáis a la vez, que tu esposo se quede con ellos jugando o hasta viendo la tele mientras te maquillas y te peinas y así salir a la hora prevista para el sitio acordado, en los días ideales, este método funciona, pero en general, esto casi nunca es así.  

Te despiertas temprano, pero la peque quiere teta, y teta y mas teta, y ya la hora prevista no es la acordada, tu esposo remolonea en la cama, tu tienes cara de zombie por la mala noche que pasaste, él durmió mejor que todos pero te dice que tiene cansancio acumulado y no sabe porqué no está durmiendo bien, es el momento en que pestañeas cinco veces, y abres la boca pero optas por callar, porque a fin de cuentas es el fin de semana y no comenzaréis peleando.

Luego dices, ¿por qué no aprovechas y te bañas con el niño?, a lo que el niño grita, "¡no! comer", y tu esposo en vez de prepararle el desayuno, le pone la tablet.  Claro, que a lo mejor ese dia el mayor quiere teta, a lo mejor es por tanto esperar el desayuno, y como hay celos con la hermanita pues la tetada se alaaaaarga, y si escucha a la bebé llorar, quiere mas y no se suelta, y como la bebé llora pues te la pones como puedes en la otra teta, y tu esposo que ha intentado dormirse de nuevo y "lo ha logrado" mientras tu amamantas por ya no sabes cuantas horas, se levanta y se pone a ver vídeos en la tablet. Es el momento del sarcasmo, de las indirectas y comienzan las malas energías.

Terminan las tetadas, no le ruegas mas a tu marido, estas cabreada, aunque aun no mucho, el mayor llora, la peque, está tranquila, se la dejas a tu marido, apenas la coge la hace llorar, te enfadas, coges al mayor te metes a duchar con él, en medio del baño, tu marido decide que bañes de una vez a la peque, te enfadas al cuadrado, la bañas, tu solo estas mojada, te falta asearte, le pides que vista el mayor, llora, papá pelea, se enfada, dice que no tiene paciencia, imploras paciencia y amor al cielo, no entiendes si no ha hecho nada en que momento ni como él ha perdido la paciencia, respiras hondo.  Le das la peque al padre.  El peque ya vestido quiere pasarte el jabón, la esponja, lo que sea que le permita mojarse la ropa limpia y mancharla con jabón, el padre está "harto" no le dice nada, se ha ido a ver vídeos con la peque en la tablet.  Sales de la ducha, la bebé está sin vestirse, abrigada con la toalla mojada, porque "tú no buscaste lo que se iba a poner", ¿será porque tu aún no la ibas a bañar?, te enfadas, buscas la ropa, el mayor te sigue cual sombra a la par que habla y te pregunta cosas, y vas perdiendo el hilo de la conversación hace rato ya, de besugos. El mayor llora, no sabes por qué, le besas, le consuelas, juegas con él, haces el tonto, se ríe, coges a la niña, logras vestirle, tu sigues paseando desnuda por las habitaciones y con frío. Evidentemente tu cara es de enfado. Evidentemente el padre sigue tumbado en la cama jugando con la tablet.

El padre no te aguanta mas, dice que todos los fines de semana es lo mismo, que has cambiado, que estas insoportable, que no sabe que te pasa, que así no se puede, se lleva a los niños al salón, para que termines de vestirte con calma. Agradeces el detalle. Te vistes. Te peinas, el mayor te llama a gritos, llora porque quiere subir con su mamá, le dices que espere, dice que tiene hambre, bajas, le das de comer, no sin que antes haya rechazado todo lo que le has ofrecido y al final se queda con la primera opción, suele ser leche con cereales.  

Es tarde, ya llevas una hora de retraso, tienes hambre, tu esposo dice que el no tiene, evidentemente no ha preparado desayuno, vamos, que estaba cuidando a los niños, grrrrrr, vas a la cocina, picas algo, va contra la dieta, contra todo, el esfuerzo de una semana a la basura, te pregunta desde el salón, ¿nos vamos?, y ves que está abriendo la puerta con la niña sin abrigo y el mayor si acaso con una chaquetita de punto, y dices, no ya va, no me he peinado, ponle abrigos a los niños, arropa a la niña, y te responde, pero ¿aún no estas lista?...

Pues no, no lo estoy, asi como no lo vamos a estar en mucho tiempo, porque cuando llegan los hijos, las rutinas cambian, organizarse en cada familia es distinto, nosotros eramos puntuales con un hijo, somos un desastre con dos, hay actividades que se pueden compartir, otras que son de cada miembro de la familia y cada uno va a su ritmo.

Cuando eres bimadre, reafirmas lo que descubriste con la primera maternidad, las tareas del hogar se comparten, es verdad, pero de alguna forma tu siempre haces el 250%, y no porque tu esposo no esté haciendo su 50%, sino porque cada niño aumenta exponencialmente tus actividades y tareas, dos hijos, trabajo al cuadrado. Así que la próxima vez que alguien diga nos vamos, espero que entienda que es muy probable que no esta, no estaré lista a tiempo, bueno, en su mismo tiempo.

Comentarios

  1. Ay, si la maternidad es cansada, no me imagino la bimaternidad! Y si el padre hace, la madre hace el doble y más si estamos en casa solas con el peque/s en cuestión y ellos van fuera a trabajar. ¿Y luego quieren que seamos puntuales y estemos listas?, si vamos al baño hasta con el peque/s! besitos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Que dura realidad, hasta al baño! jejejeje. Lo peor es que por menos de una décima parte ellos "se estresan". Mira que mi esposo es muy responsable, colaborador, hace su parte, incluso diría que desde que MiniMoi es mas grande ellos han hecho piña y ahora son un equipo y eso para mi ha sido un plus, pero amiga, cuando le da por quejarse o no le da la cabeza para entender que estoy hasta el moño, de verdad, no hay manera.

      Eliminar
  2. :) que realidad tan cierta, me encanto lo del 250% ellas y el 50% ellos, es que cuando llega la maternidad te vuelves más tolerante, cariñosa, maga, enérgica, comprensiva, valiente, protectora, en fin te vuelves mamá

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Exacto, volverse mamá... es como entrar en la tercera dimensión, solo tú que estas allí sabes como es, porque cada maternidad es diferente!

      Eliminar
  3. Amiga, te repito lo que te dije en estos días... Eres muy valiente y una súper mamá. Y no te preocupes por no "estar lista" a tiempo. El mundo no se va a destruir por eso y el tiempo es muy relativo. Cuando alguien te reclame tu puntualidad tú sólo piensas que eres impuntual con los demás para ser puntual con tus hijos, que es lo que más te importa en la vida... Los demás que esperen!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Esa frase es súper bonita, me vendrá bien cada vez que me metan prisa sin consideración. Gracias amiga!

      Eliminar
    2. Esa frase es súper bonita, me vendrá bien cada vez que me metan prisa sin consideración. Gracias amiga!

      Eliminar
  4. Yo siempre he sido muy puntual y mi marido todo lo contrario. Cuando los niños eran más bebés me pasaba exactamente lo que relatas. Imprevistos, y llegábamos tarde a todas partes. Es tal cual. Si el niño te reclama a tí, poco puedes hacer. Ahora que son más mayorcitos, ya es cuestión de organización, sabiendo que para estar listos con los tres supone una logística de más tiempo. Realmente me angustiaba y me estresaba el percibir que mi marido no me ayudaba al 100%. Supongo que relativizaba el hecho de llegar tarde porque a él no le importa tanto. A mí sí, y quedar con alguien era un suplicio Me recuerdo toda agobiada, sudada, estresada...luego no disfrutaba porque estaba tan pendiente de sus necesidades...En fin, los primeros años. Pero concretando, la puntualidad no tiene nada que ver con el género, ni muchísimo menos. Es una actitud, y se trabaja, Un besito enorme!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Exacto, pero siempre somos nosotras las estigmatizadas. Una vez una pareja de amigos que siempre llegan tarde, nos dijo que se movían a la velocidad del mas lento, te imaginarás como fue todo cuando tuvieron hijos. Yo siempre he sido de puntualidad inglesa, tal vez porque mis padres eran un desastre con los horarios, incluso llegué tarde el dia de mi primera comunión, pero no por mi culpa. Y si, si que se trabaja, y creo que comienzas en ese camino cuando piensas en el otro y lo molesto que es hacerle esperar. Gracias por tu comentario!

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Bebés felices, madres activas, papás al día

Vuelta al cole, vuelta al blog

"Ese" bañador posparto