Puzzle de goma eva

Cuando mi bebé tenía dos meses ya levantaba su cabecita si lo ponía boca abajo,  ya tenía tiempo poniéndolo en un gimnasio que me habían regalado en el baby shower, pero pensé que cuando comenzara a girarse necesitaría más espacio, así que decidimos comprarle un puzzle de goma eva. Mientras los bebes son pequeñitos, los puzles en efecto sirven para rodar sobre ellos, asombrarse con sus lindos colores y figuras, el problema viene cuando el bebé se hace más curioso y ya puede agarrar y desarmar. 

Yo había comprado un puzzle con piezas grandes y luego mi hermana le regaló uno de colores muy brillantes, números y el abecedario con piezas más pequeñas, no sabía los dolores de cabeza que me iba a ocasionar.


Crianza Puzzle de goma eva



Para su cumpleaños número uno, colocamos una piscina hinchable con tobogán en el salón, pero en vez de agua la llenamos con bolas de plástico, fue todo un éxito, pensando en que se podían caer y golpear, colocamos las piezas de goma eva del puzzle como alfombra, así amortiguaríamos los golpes, de entrada bien, los padres que llegaban  e inspeccionaban la novedad y se quedaban un poco mas tranquilos en caso de que ocurriera alguna caída, no era el Everest, pero son bebés.

La tarde menguó, niños jugando, alguno que llora, el resto se divierte y escucho un corrillo, voy a ver qué pasa, y una de las madres me entrega todos o casi todas las partes internas de las letras, es decir el huequito de la O, de la R, de la D y así, lo que terminó en una incesante búsqueda de los rellenos de las letras por parte de los padres, y como Murphy hubiese predicho, comenzaron a salir bebes con la boca llena de estos pequeños trozos de goma eva, un despiste de mi parte, a mi bebe que le encanta desarmar estas piezas hasta ese momento no se le había ocurrido. En efecto es un peligro, puede causar atragantamiento. Al día siguiente de la fiesta, sopesé si quedarme con las piececitas o no, finalmente las deseché.

Y comenzó el round dos, ordenar el desastre que habían dejado padres y bebes con el puzzle pequeño, realmente da mucha pereza, recurrí a mis sobrinos, y subimos el puzzle integro a la habitación de mi príncipe, con la idea de armarlo y dejarlo como una bonita alfombra, dos meses después confieso que no he podido, mis esfuerzos han sido infructuosos, como explicarle a un bebé de un año, que no lo desarme, me rindo, lo he empaquetado hasta que se despierte su curiosidad por el mundo de los números y las letras, antes de eso, aunque sea una pena, no intentaré volverlo a armar.


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